Jorge Jiménez Retrospectivas El estilo musical TTBB – Cuarteto

El estilo musical TTBB – Cuarteto

RETROSPECTIVA N° 088 “EL ESTILO MUSICAL TTBB” EN LA IGLESIA ADVENTISTA CHILENA

Desde la década del 50 del siglo pasado, tengo conciencia de la influencia positiva que en la Iglesia Adventista Chilena ha ejercido el “Cuarteto Masculino”.  La alabanza de esta suigéneris agrupación musical genera una belleza y un atractivo especial al fusionar el sonido de cuatro voces varoniles las que juegan con sutileza y delicadeza con la melodía, la armonía, el ritmo y la letra …  todos en el rango tesitural propio de la virilidad.  En un comienzo, en nuestro medio la himnología no demandó el apoyo de Instrumentos musicales, más la conjunción de elementos de la música descritos, cimentado solo en el juego rítmico de voces con un adecuado desplazamientos, entre las combinaciones de notas musicales, hacían audibles sendos acordes que bien conjugados dieron fuerza, alegría, solemnidad, sonoridad y … sentido a las religiosas prosas literarias añadidas, convirtiéndolos en la hímnica que estos Cuartetos interpretaron en nuestras Congregaciones y/o donde fuese necesario.

El Belleza del canto compacto o arpegiado que interpretaron armónicamente los Cuartetos los que originalmente tenían un repertorio a Capella, usaron un método que tuvo aceptación por la originalidad musical que ofrecían,  su maravillosa y singular sonoridad que va desde lo profundo del  Bajo el que puede considerarse el cimiento del grupo musical, a lo que hay que agregar una eufonía especial al conjugarse con una melodía que generalmente el 2do. Tenor va interpretando, y paralelo a lo anterior  el 1er. Tenor añade una brillantez especial, el que con facilidad ofrece juegos en forma de dúos en lo más alto del espectro agudo tesitural varonil. Completa el Cuarteto el Barítono, quien con una voz intermedia procura la hegemonía necesaria de las cuatro voces generando muchas veces sutiles y electrizantes armónicos, invitando a una adoración musical melodiosa, sublime, suave y que induce a la prosternación del corazón humano. 

Las características y rasgos peculiares que rodean a este tipo de agrupación musical es lo que en esta Retrospectiva se está identificando como “El Estilo Musical TTBB” (melodía, armonía, ritmo, virilidad, prosa literaria, canto compacto – arpegiado) el que ha estado presente como una forma musical en nuestra Iglesia Adventista en Chile ya por más de 95 años. 

La participación de los Cuartetos en nuestro Colegio de nivel Superior y también en Congregaciones-Iglesia no es algo reciente, tenemos documentos que prueban que el año 1928 ya fueron parte de PROGRAMAS DE EVANGELISMO que el entonces “Colegio Industrial Adventista” emplazado en el Fundo Las Mariposas, desarrolló en la ciudad de Chillán. No tenemos datos ciertos anteriores, pero indudablemente los 95 años del cual se puede dar testimonio, son suficiente para ofrecer una historia potente en lo que ha significado el impacto, el compromiso y el afianzamiento de este “Estilo musical TTBB” en la Iglesia Adventista. Ese casi siglo de dinámica y frecuente presencia en los grandes programas, en trascendentes eventos de la Iglesia, en sencillas reuniones, ha generado un período de realidades y de respaldo más que suficiente y valiosas para:

  1. Considerar el “Estilo musical TTBB” como expresión artística y de gran impacto en el laberinto Evangelístico tanto en lugares públicos como en nuestros templos y/o salones. La primera referencia (de momento) que tenemos de un Cuarteto en Chile, está ligado a un programa evangelístico en la ciudad de Chillán. Otra de las primeras referencias de actividad de música de varones, también está vinculada al inicio de un ciclo de Conferencias que el Pr. Eduardo Torreblanca realiza en la Iglesia de Molina.  ¿Casualidad?
  2. Reconocer que el “Estilo musical TTBB” se posesionó y actuó como una agrupación valiosa, por su calidad, movilidad y sonoridad armoniosa, en una gran cantidad de representaciones y compromisos que bien pueden ser vinculados a Relaciones Públicas necesarias como un medio de darse a conocer en diferentes lugares ajenos o reacios a lo religioso.
  3. Aceptar la gran cantidad de virtudes y de cohesión de hermandad que genera el grupo base que se llama Cuarteto, al cual se puede agregar personas que por afinidad comprometen presencia y apoyo misional con y por el objetivo central de la Alabanza y la Adoración.
  4. Valorar el que este “Estilo Musical TTBB” en la iglesia es una fuente de:  Inspiración, de superación, de disciplina, de Integración, de perfeccionamiento permanente, de trabajo en equipo, de socialización y lógicamente … de alabanza y adoración.
  5. Aquilatar que en la Alabanza el “Estilo Musical TTBB”, también aporta directamente a sus integrantes seguridad personal, y sus letras gravan Doctrinas tanto al que canta como a los que escuchan, mejora permanentemente la afinación del que canta generando una calidad armónica con resultados de alegría y un especial disfrute a los que le escuchan.

Si rastreamos declaraciones de reconocimiento oficial o de importancia que las administraciones, en el tiempo, le han dado a los Cuartetos con su aporte al desarrollo misional, encontraremos un gran vacío de información y de valoración a este talentoso, importante y artístico grupo de apoyo misional. Por otro lado, el poco entusiasmo administrativo por reconocer lazos “identitarios” con actividades exitosas en el tiempo, aunque ajenas a la concepción teológica doctrinal pura, ha provocado una sutil orfandad de apoyo a las esmeradas personas que practican con perseverancia ésta diferente fórmula de “Servicio Misional” la que ha logrado sortear los escollos interpretativos referentes a modernidad de canciones religiosas, de ritmos,  de acompañamientos que la normativa, muchas veces, no puede regular, ofreciendo flancos de discusiones interpretativas.  Las controversias sobre:  estilo, ritmo, instrumentación, formas, etc. etc.,  son temas que se han exacerbados innecesariamente, ya que el principio del “Ve, y arregla con tu hermano”  es suficientepara afiatar las diferencias que con sanas palabras generan avenencias armoniosas en actividades de proyección salvífica y de potente énfasis evangelístico.

Los casi 100 años de presencia del “Estilo Musical TTBB”, no hay duda que calza en la necesidad del procurar escribir la Historia funcional del Adventismo en Chile. La historia Doctrinal y Administrativa de alguna manera el Centro White, la Rev. Adventista y los historiadores:  Salazar, Zambra, Brown y otros la han escrito,  pero lo musical está en el anonimato.  Se ha mencionado la necesidad de  solicitar a quien guarde algo valioso y significativo,  que se provea y remita al Centro Histórico de la Univ. Adventista en Chillán, procurando en forma especial documentos con más de 50 años que certifiquen realidades del pasado,  estos pueden ser: Revistas, Libros, Actas, Fotos, Boletines, Cartas, Actividades y/o Varios Otros  en los que cuadra plenamente este medio de Evangelismo, de Adoración,  de Alabanza, de Actividad  que aún está vigente el que debiera formar parte del Patrimonio Cultural Adventista en Chile.   El “Estilo Musical TTBB”, indudablemente es parte de la Historia Musical Adventista en nuestro país el que ha actuado y lo sigue haciendo como un nexo especial de IDENTIDAD musical con el feligrés adventista,  del cual aún tenemos testimonios (personas) vivenciales de esa positiva experiencia que junto a varios cientos de talentosos hermanos y actuando en el anonimato cual un diciplinado ejército y con gran esfuerzo se involucraron y actualmente siguen involucrados en este diciplinado Ministerio Musical con actitud exigente en calidad sonora y en un desprendido compromiso personal (tiempo de ensayos, esfuerzos de perfeccionamiento, gastos adicionales, et, etc.,).  (T = 1er Tenor; T = 2do Tenor; B = Barítono; B = Bajo).

Breve síntesis de los inicios sencillos del incipiente “Estilo Musical TTBB” en la Iglesia chilena.

No tenemos antecedentes que nos permitan afirmar la existencia de este Estilo musical previos a 1928, pero si podemos expresar que los líderes norteamericanos o extranjeros que llegaron a Chile para apoyar el crecimiento de la Iglesia, de Las Congregaciones y/o sus Instituciones (Educativas – Colportaje), el concepto “Himno”, “Góspel” y “Negro Spirituals” deben haberlo conocido en sus Iglesias o Colegios antes de su llegada a nuestro país. La existencia de Cuartetos entonando el estilo Góspel en EE. UU. era algo relativamente frecuente (1900). Como dato general, debemos aclarar que “The Kings Heralds”, hasta los años 1940 no tienen ninguna influencia en nuestro país.  Ellos toman ese nombre el año 1937 y a Chile el programa que los dio a conocer, “La Voz de la Profecía” recién en enero de 1943 en la Revista Adventista, pág. 15 aparece propaganda a dicho programa y fue la Radio “La Discusión” de Chillán, la primera radio que transmitió dicho programa los martes y sábado a las 10:30 de la mañana. En la Rev. Adventista de Octubre de 1943 la promoción publicada agrega la Cadena Radial “La Cooperativa Vitalicia” que en varias de sus estaciones, el día domingo a las 20:30 pone al aire el programa que indudablemente incluyen al “Cuarteto Los Heraldos del Rey”, identificando las ciudades de: Concepción en Radio Condor;  Magallanes en Radio Polar; Puerto Montt en Radio Llanquihue; Santiago en Radio Cooperativa Vitalicia; Temuco en Radio Cautín;  Valdivia en Radio Sur y Valparaíso en Radio Vitalicia, para que la hermandad y el público en general lo escuchen.   Con estos datos se puede afirmar que la Historia Cuartetil Chilena  se inicia a lo menos 15  años antes de la presencia de  “Los Heraldos del Rey” en nuestro país.

La gran influencia musical del “Estilo Musical TTBB” en nuestro medio adventista indudablemente lo fue generando principalmente nuestra Institución Educativa.  Para ello tenemos conocimiento que desde sus inicios se consideró al igual que la Escuela de los Profetas, “la música sagrada” como uno de los temas de estudio. (Edu. 47),  En razón de ello podemos comentar que: 

  1. Nuestra Escuela – Colegio en Púa, iniciado el año 1905 e inaugurado en Abril de 1906 entre los años 1908 y 1912, la esposa del Director, Hna. María de Casebeer, se desempeñó como profesora de Armonio, Canto e Himnologia, (L.Zambra, Último rincón M. pág. 212)  y aunque no está explícitamente declarado, es indudable que la Institución contaba con un Armonio para esa docencia y también para la Alabanza de Adoración en los cultos regulares de la naciente Institución. 
  2. Entre los años 1918 y 1921, la esposa del Director W.W.Wheeler (1918-1921)  se desempeñó como profesora de Armonio, además en ese tiempo se compra un Armonio para llevar adelante los programas musicales establecidos (RAC1956-RAC1981). 
  3. El año 1922  la Institución se traslada totalmente a Chillán  y ya estabilizada en su nueva ubicación y propósito,  la música toma nuevos desafíos al integrar a personas con sentido misional y con conocimiento musical.  La esposa del Preceptor,  Sra.  Flora B. de Beskow  según la revista “El Estudiante Adventista” entre los años 1926 – 1930 quien cumple funciones como profesora de Piano, violín, Solfeo y …  Voz.   En un artículo escrito por el alumno Elías Sanhueza expresa “El Piano, el Violín y la Voz son los instrumentos reinantes en alto grado y agradables en gran manera”.   Por otra parte el Director J.M.Howell (1925-1931) expresa “Los estudiantes de música tienen mucha oportunidad de practicar su ramo ante los auditorios de las muchas reuniones celebradas durante la semana”. Por ello podemos estar seguros que la efervescencia musical de esos años, entre los que indudablemente está el naciente “Estilo Musical TTBB” o Cuartetos (1928), ofreció y proveyó de liderazgo musical hacia las Iglesias y Congregaciones en todo el país.
  4. La consolidación de la influencia musical del Colegio de Chillán, se puede afirmar que es muy efectiva hacia fines de la década del 30 y toda la década del 40.  El matrimonio José Schmied-Nora Arias (1938-1949), el profesor E. Marincovich y otros junto a las correspondientes Administraciones de la Institución y Organización en Chile, logran compatibilizar “potencial musical” con “necesidad musical como respaldo evangelístico”. Muchos de los que en el pasado cercano (1950-1960) dirigieron Coros, Cuartetos, Conjuntos, que actuaron como Organistas o Pianistas, participantes en modestas Orquestas de Iglesia, o se integraban con sus instrumentos (violín, trompeta, clarinete) en las actividades de la Iglesia, o bien con entusiasmo dirigían (batuteaban) los himnos congregacionales, tuvieron influencia de quienes pasaron por nuestro Colegio y se impregnaron de la génesis activa musical de esos años. Los estudiantes del Colegio que estuvieron como alumnos en ese lugar, egresaron o salieron de la Institución impregnados con la riqueza del apoyo que significaba la actividad Vocal en todos sus estilos, Instrumental en la variedad existente, o sea musical general para la Iglesia en pro de un Evangelismo enriquecido por la música y también en pro de una Iglesia con mejor calidad de alabanza,
  5. El “Estilo Musical TTBB” sigue un curso del cual hay pequeños vestigios de su existencia desconociendo el verdadero impacto de “Los Heraldos del Rey” en nuestro medio y en  aquellos que gustaban de ese estilo. Si sabemos que en el pasado:  Nora Arias y José Schmied (1937-1947), Norris Mannus (1947-1948), Orval Scully (1949), Herbert Greer (1950-1951), fueron promotores entusiastas del “Estilo Musical TTBB”.  Cada uno de ellos dirigió sendos Cuartetos, doble cuartetos o Conjunto de Varones,  consolidando definitivamente la masificación e integración de muchos jóvenes y hermanos en el desarrollo de este gran talento en bien de la Iglesia,
  6. Ya formado un núcleo fuerte de entusiastas jóvenes integrantes de coros de hombres,  facilitó la expansión de estos conjuntos y masificó la presencia de cuartetos en diferentes lugares 

Impacto del “Estilo Musical TTBB” en el Evangelismo  y/o público no Adventista.

Con el Traslado del Nuestra Casa de Estudio desde Púa a Chillán, cuyo fin era formar jóvenes promisorios en el evangelizar, también va demandando el desarrollo de talentos musicales de tal manera que el domingo 9 de Septiembre de 1928 como acción previa a una Campaña Misionera se contrata por un mes un espléndido local en calle 5 de Abril N° 670 en Chillán con una capacidad de 300 personas, donde ese domingo se ofrece a la comunidad chillaneja un programa musical completo. En esa ocasión la calidad musical de los formados en las aulas del Colegio es expuesta públicamente en ese concierto el que consideró piezas musicales en piano, también existió la intervención de la “Orquesta del Colegio”, la participación del Coro y la participación de un CUARTETO DE VARONES. Digno de mencionar es el hecho que el Sr. Julio Jorquera, director del diario Chillanejo “El Día”, publicó un gran caudal de lo sucedido en ese local de tal manera que todo el pueblo de Chillán conoció del programa Musical y del “Esfuerzo Público” programado por el Colegio.

El concierto presentado en la ciudad de Chillán el año 1928, certifica que ya la práctica del “Estilo Musical TTBB” era una realidad presente en nuestra Institución  y por consecuencia …  también presente en varias de las Congregaciones e Iglesias existentes. Con certeza podemos declarar que este Estilo musical jugo y ha jugado un rol fuerte en la musicalidad adventista toda vez que han transcurrido más de 95 años que se ha dado espacio a este pequeño pero ágil y elocuente grupo esbozador de bellas armonías y conocidos como Cuartetos .      

Entre el año 1938 y 1940 mi suegro el Pr. José Torres C. como estudiante del nivel superior, interno del CACH, formó parte de un cuarteto cantando la voz del 2do.Tenor.  Los himnos que tarareaba eran con la sencillez armónica de cantos que estaban en Himnario con arreglos musicales como el “Quartet for Men” o el “Modern Quartets for Men” y otros editado por The Rodeheaver 1926 y 1938  al cual se aplicaban letras en español de la hímnica existente o creada a partir de la traducción de la original. Cabe mencionar en este espacio el reconocimiento que debemos dar a uno de los prolíficos en traducir himnos para cuarteto que fue el Hno. Emeterio Arias Gajardo, quien es el segundo egresado de nuestra Institución el año 1913 como educador, amante de la música y promotor de conjuntos de varones, y con su talento poético editó un cuadernillo con traducciones de himnos del Quartet y el Modern, antes mencionados, le conocí cuando él vivía en Porvenir 72 al fondo y también canté himnos creados por él.   Por los años 1965 el Pr. Mario Veloso también conjugo el Arte Poético con prosas literarias para himnos de cuartetos. Hay varios otros que en el tiempo también participaron en traducciones de letras,  El arte rítmico en los ajustes de traducciones literarias originales, fue algo que exigió a cada uno de estos amantes de la alabanza mucho tiempo y cuidado Doctrinal.  Valla por este medio un Reconocimiento y Gratitud sincera a cada uno de ellos que agregaron hermosas letras ofreciendo una mejor expresión humana a la línea melódica y un sabor grato a los acordes entonados.  

Por otra parte, a modo de ejemplo está ( hay algunos mas) el testimonio del Hno. Areli Rojas Basaez quien guarda recuerdo de la intervención de un doble cuarteto que se presentó en la apertura de un ciclo de conferencias  realizada en la Iglesia de Molina el año 1943 que el Evangelista de la Asociación Chilena el Pr. Eduardo Torreblanca Morales lleva adelante en ese lugar. El pastor Luis Rojas Sandoval, (padre de Areli) era el Distrital de Curicó, quien organizó este programa Evangelístico para lo cual invitó también el doble cuarteto del Colegio Adventista de Chile en Chillán.  El impacto de la sonoridad y presencia de este grupo musical creó en Areli, de solo 12 años de edad, un desafío a perseguir. Pocos años más adelante, al llegar como interno a nuestro Colegio en Chillán comienza a ser parte de cuartetos y conjuntos de varones, hoy con más de 90 años de edad, lo encumbra en nuestro medio como uno de los muchos Cuarteteros baluarte del fomentar el “Estilo Musical TTBB” en nuestra Iglesia en Chile. En las Revistas Alma Colegial de los años 1947 en adelante  es verificable como va “increccendo” el compromiso de Areli y también de varios otros,  con esta modalidad de alabanza. 

UN ESTILO MUSICAL QUE DEBIERA PROYECTARSE HASTA   ….  EL FIN —.

El anclaje del estilo cuartetil en su objetivo principal, tiene gran soporte en declaraciones bíblicas y de la pluma inspirada.  Solo para refrescar la memoria aquí van algunas:  a) “El que sacrifica alabanza me honrara” (Salmo 50:23);  b)  “La música es de origen celestial, y hay un gran poder en la música”. (MS 5, 1874);  c) “Llamo vuestra atención al talento del canto que debiera cultivarse, porque la voz humana expresada en el canto, constituye uno de los talentos dados por Dios y que deben emplearse para su gloria” (Ev:363);  d) “Nunca se debería perder de vista el valor del canto como medio educativo … Como parte del servicio religioso el canto no es menos importante que la oración”. (Ed:167-168); e) “La música debiera tener belleza, sentimiento y poder. Elévense las voces en cantos de alabanza y devoción”. (Ev:368);  f)  “La melodía del canto, exhalada de muchos corazones en forma clara y distinta, es uno de  los instrumentos de Dios en la obra de salvar almas”. (4TS:147).   Todas son declaraciones extraordinarias e importantes para un desafiante desarrollo personal o congregacional.

Lo que sucede en relación a este estilo musical,  es algo que nuestros centros de investigación debiera estudiar porque la proliferación de Conjuntos de Varones y Cuartetos, bajo el desafío evangelístico y de servicio a la iglesia, le convirtió en un movimiento progresivo y razonablemente creciente hasta la década del 90, el que en el tiempo comenzó a distanciarse del motivo esencial primario que era vinculado:  a) el Evangelismo; b) lo gratificante de la Alabanza en y para la Congregación;  y c) el desarrollo del arte y Talento de sus fieles.

La distancia que se fue creando en el perfeccionamiento musical del Cuarteto de forma autodidacta y el escaso apoyo orientador por la lideranza de la Iglesia hacia estos núcleos activos, más las sutiles controversias que la organización ha intentado clarificar y ordenar en Congresos y otro tipo de reuniones han dejado un sabor de un silencioso divorcio entre las lideranzas de los cuartetos y la lideranza de congregaciones  de tal manera que en algunos casos este divorcio se soslaya con un factor de carácter financiero.  Es necesario saber que lo Amateur lo Misional del desarrollo de esta actividad en las Congregaciones y/o Iglesias   corresponde a un bien que no debiera desaparecer, y que tiene que ser observado con mira a buscar con urgencia apoyos sustantivos en el reencauzamiento de la participación del “Estilo Musical TTBB” en nuestra Iglesia.

Una encuesta realizada en uno de los “Congresos Nacional de Música” el año 2011 respondió que el 8,70% de las Iglesias que ellos representaban, funcionaba un Cuartetos. Ósea 4 en 46 iglesias. Es indudable que con la afectación del Covid varios de estos grupos dejaron de tener actividad por lo tanto una proyección muy básica  nos puede insinuar que en el país hoy son algunas docenas de cuartetos  que funcionan lo que pone un tremendo desafío motivacional para quienes les gusta este estilo. (son Ig.708 + C.296)

Hoy Noviembre de 2023, es impresionante la actitud que uno observa en el whatsapp  de los “Viejos Cuarteteros”  grupo de Hnos. de la Zona Sur del país, los que bajo la motivación y coordinación laica del Hno. Víctor Hugo Sandoval W. componente de “Cuarteto Invocación” de Temuco, comprometieron un encuentro cuyo resultado y evaluación fue positivo y muy exitoso. La automotivación contagiante de los organizadores está arrastrando a muchos que comprometieron en el pasado horas y horas de ensayo, mantuvieron muchas conversaciones de cómo ser más efectivos en el servicio a la Iglesia,  transitaron espacios donde no siempre encontraron un camino melodioso para ofrecer sus bellas y significativas alabanzas, pero hoy han comenzado a promover con entusiasmo el apoyo en el resurgimiento de esta forma de hacer un Evangelismo sutil pero de hermosas melodías y armonías que transmiten con pasión verdadera en la  proclamación de la Salvación ofrecida por Jesucristo y en este tiempo de complejidades y apatía espiritual.

El que hoy existan personas que están intentando coordinar esta actividad por medio de Adoradores es un buen y vlioso signo inicial, pero esa informalidad de no ser parte del Sistema Estructural de la Organización, ofrece una vulnerabilidad de resultados que en cualquier momento, este despertar musical se convierta en algo pasajero y en resumen frustrante justo cuando es necesario un compromiso de buena, alegre y gran Alabanza que este “Estilo Musical TTBB”  puede ofrecer y comprometer.     

Bendiciones a quien le interese esta Retrospectiva y especialmente a los Cuarteteros custodios del “Estilo Musical TTBB”.    

JORGLEN

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ALGUNOS DE LOS MUCHOS  CONJUNTOS Y CUARTETOS DEL PASADO

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