Jorge Jiménez Retrospectivas 002 CUARTETO EN SANTIAGO  –  1976-1977

002 CUARTETO EN SANTIAGO  –  1976-1977

Con esta foto deseo hacer un homenaje a amigos que hicieron y siguen haciendo verdadero camino en el don de la Alabanza. Tres grandes perseverante en esto de los cuartetos. Un cuarteto de amigos con los cuales habíamos compartido en diferentes momentos.  A Areli Rojas Bazaes lo conocía desde mi niñez, cuando él integraba por los años 55 un cuarteto en Santiago y posteriormente en varias ocasiones se le encontraba cantando como solista en diferentes iglesias de Santiago. También fuimos compañeros de Oficina en la empresa Hartley y Cia Ltda.  Por otra parte el 2do tenor era otro amigo que conocí en las Quebradas de Camiña  cuando éramos niños,  Nos volvimos a encontrar en Chillan como estudiantes y cantando cada uno en sus respectivos cuartetos y llegados a Santiago los años 70 nos pusimos de acuerdo para cantar en este cuarteto.  El 2do. Bajo Héctor Olivares Peña, un muchacho que siempre estuvo vinculado a cuartetos por el hermoso aterciopelado bajo que contribuía en las armonías con tremendo vozarrón y en un grato soporte envolvente. Amigo que conocí en la Iglesia de la Legua a mediado de la década del 50 y que nos encontramos en Santiago para practicar este hermoso talento.   El Pianista,  Luis Gutiérrez,  un virtuoso arriba de las teclas de un piano,  con una memoria musical extraordinaria capaz de ductilmente ajustar los acompañamientos a las tonalidades que el cuarteto necesitaba. 

Cuarteto  Alborada en LLay LLay en la iglesia que atendía papá de Araceli Rojas, en la ceremonia del cumplimiento de los 50 años matrimonio y acción de gracia del pastor <Luis Rojas Sandoval. Publicación de texto en Facebook de Tito Olivares con fecha 2 de junio de 2018.

A este cuarteto,  le siguieron dos o tres variantes en Santiago.  Los bajos eran los difíciles de sincronizar.  Estuvimos un tiempo cantando con Juan Millanao  y  otro tiempo con Daniel Jiménez,  y el año 1981, el traslado por responsabilidades de gestión administrativa en el Colegio Adventista de Chile, Chillán, es necesario la renovación,  creando amistad musical con otros componentes en este nuevo lugar de residencia. 

El año 1993 me baje de esto de los Cuartetos. La intensidad del trabajo misional en Ecuador (1993-2001), hizo retomar esto de la música y alabanza en otra dirección, solo en contadas ocasiones como familia cantamos en la estructura de cuarteto donde Jonatan entonaba el 2do tenor, Glenda el 1er Tenor y Javier Barítono y yo el bajo.  Tenía una sonoridad simpática.   

 Un cambio de giro en el esquema de alabanza motivada por la necesidad de integrar a la hermandad, a la gran congregación a gozarse de lo que es la adoración cantada, nos empujó a aprovechar la esplendida y gran Acordeón  Honner Atlantic IV de 120 bajos que había quedado guardada en Chile y que había servido en muchos campamentos y reuniones juveniles desde el tiempo cuando el suegro, José Torres era departamental de JA en la UCH, Una vez desempolvada la llevamos Ecuador y era parte del equipo que nos acompañaba en todas las reuniones, y actividades misionales en las diferentes iglesias de la MES  hasta que me la robaron después de un encuentro distrital estando en Guayaquil.  La reemplazamos . con un teclado, con lo que continuamos en cada Sermón, cada encuentro u otro tipo de reuniones, junto a Glenda, motivando a una alabanza de adoración potente y alegre integrando a toda la hermandad quienes se gozaban en aquellos momento de participación cantoril.

Diferentes presentaciones de adoración musical, actividad que nos regocijaba realizar.

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